-Adiós, padre-dice Gabrielle a su padre al entrar en el convento-. Lo haré lo mejor que pueda. Quiero que estés orgulloso de mi.
-No quiero estar orgulloso de ti. Lo que quiero es que seas feliz.
-Soy feliz- afirma ella. [...]
Ahora si que me estremezco.
Friedrich.
miércoles, 19 de septiembre de 2007
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