miércoles, 19 de septiembre de 2007

Historia de una monja.

-Hermana Lucas: Creía que era posible alcanzar una especie de estado de sosiego que pondría fin a toda lucha y donde la obedencia resultaría algo natural.
-Madre superiora: No existe ese estado; sin embargo, debe usted aprender a ser paciente consigo misma.


Todavía recuerdo la primera vez que vi la escena en que se produce este diálogo durante la magnífica película de Fred Zinnemann Historia de una monja, donde la obedencia no es una obedencia a una divinidad sino una exhortación a la necesidad de tener coraje, de librarse de esa sensación de inseguridad tan propia del ser humano pero sobre todo de luchar por lo que uno considera realmente importante. Gracias Fred, gracias Bob y gracias Audrey, no olvidaré nunca esta lección.

Friedrich.

No hay comentarios: