lunes, 26 de enero de 2009

Otoño.

¡Ven, serenidad dorada, ven!
¡Tú, de la muerte
mas secreto y dulce preludio!
¿Avancé demasiado aprisa por mi camino?
Solo ahora, cuando los pies se han cansado,
aún me da alcance tu mirada
aún me da alcance tu felicidad.

A tu alrededor solo ondas y juegos.
Lo que alguna vez fue costoso,
se hundió en un azul olvido
ociosa reposa ahora mi barca.
La tormenta y el viaje, ¡cómo los han olvidado!
El deseo y la esperanza se ahogaron,
lisas reposasan el alma y el mar.


Friedrich.

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