lunes, 28 de abril de 2008

La rosa o la vida.

Pero ocurrió que el principito, después de haber caminado mucho a través de las arenas, rocas y nieve, al fin descubrió un camino. Y los caminos conducen adonde están los hombres.
-Buenos días -dijo.
Era un jardín cuajado de rosas.
El principito las miró. Todas se parecíasn a su flor.
-¿Quiénes sois? -les preguntó asombrado.
-Somos rosas -respondieron.
-¡Ah! -exclamó el principio.
Y si sintió muy desgraciado. Su flor le había dicho que ella era la única de su especie en el universo. ¿Y ahora resultaba que había cinco mil parecidas a la suya en un solo jardín!
"Se sentiría avergonzada -se dijo- si viera todo esto... tosería mucho y simularía que se encontraba muy mal para escapar al rdículo. Y yo me vería obligado a aparentar que la cuidaba, pues si no lo hacía, para humillarme también, mi flor se dejaría verdaderamente morir"...
Continuó diciéndose: "Me creía rico con una única flor, y solo poseo una rosa ordinaria. Esta rosa y mis tres volcanes que me llegan a la rodilla, uno de los cuales probablemente esté apagado para siempre, no son suficientes para hacer de mi un gran príncipe"... Tendido sobre la hierba, lloró.


Friedrich.

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