lunes, 30 de julio de 2007

Élan vital.

Esta expresión traducida al español por "ímpetu vital" o "impulso vital" es fundamental en el pensamiento de Bergson. Según este autor (sección titulada "L´élan vital" en L´evolution créatice, 1907), el evolucionismo no se explica por factores mecánicos como pretenden los darwinianos y neodarwinianos. Hay que recurrir a "una causa de orden psicológico", como han propuesto algunos neolamarckianos. Se parte, así, de un impulso original (élan originel) de la vida, el cual pasa de una generación de gérmenes a la generación siguiente de gérmenes por intermedio de los organismos desarrollados que forman el trazo de unión entre los gérmenes. . Sin embargo, no debe apelarse, según Bergson, a causas finales. Tanto los que insisten en causas eficientes como los que destacan los aspectos teleológicos en el desarrollo de las especies pecan por admitir que hay algo previamente "dado", salvo que para los primeros lo dado se halla "al principio" mientras que para los segundos se encuentra "al final". Bergson da como ejemplos de su idea élan vital la formación del ojo; el trabajo de "fabricación" del ojo muestra que no se entiende la formación medienate un conjunto de medios empleados, sino mas bien mediante un conjunto de obstáculos sorteados. Un ejemplo, mas simple, pero del mismo orden, es cualquier movimiento de la mano; es un movimiento indivisible, que tratamos de reconstruir por medio de discontinuidades. El élan vital no es "divisible" ni "reconstruible", porque forma un todo indiviso; su naturaleza es como la naturaleza de la pura duración cualitativa.



Friedrich

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