lunes, 23 de julio de 2007

Obituarios: Paulino Garagorri.

Se ha ido el último orteguiano.Quizás el último de los sabios que apredieron de viva voz, sin intermediarios, la sabiduría del filósofo madrileño. Con su muerte apenás dos años después de la de Julián Marías, se cierra una de las épocas mas fecundas del pensamiento filosófico español, la de una generación de nombres ilustres, personalidades únicas que crecieron y se desrrollaron bajo la sombra de la dictadura. Unamuno, Zubiri y Ortega, sobre todo éste, su mentor, fueron sus pilares. La libertad, o quizás su ausencia, el transfondo de sus pensamientos.
Paulino Garagorri fue ante todo -como recuerdan sus discípulos- un maestro. Un pensador de los que ya no quedan; sumergido entre mares de páginas, siempre con un libro entre las manos, pronto para una conversación, listo para una reflexión irónica. Tras su fallecimiento hace unos días el pensamiento español se ha quedado huérfano.
Garigorri, nacido en 1916en San Sebastián, impartió durante años su magisterio en las aulas y a través de sus escritos, siempre con discreción, humildad y honestidad. Fue profesor de Historia del Pensamiento Político en la facultad de Ciencias Políticas de la Universidad Complutense de Madrid, en unas circunstancias y un tiempo muy distintos a los actuales. Desde su cátedra abrió los ojos a generaciones enteras de estudiantes que, por primera vez, escuchaban nombres, títulos e ideas que el régimen franquista se empeñaba en silenciar.
Nunca fue un militante ni un revolucionario, pero su rechazo a la dictaduran fue tan honesto como su comportamiento. En enero de 1969, fue desterrado a un pueblo a las afueras de Cuenca por ironizar en sus clases sobre las bondades del franquismo. Era la forma que tenía el Régimen de castigar a los rebeldes: dando ejemplo: Pero la lejanía y la soledad -amortiguados por la presencia y los ciudados de su amada esposa no pudieron con él-.
Su castigo, a la larga, fue el escarnio de la dictadura yel mejor ejemplo de su torpeza, pues su primer destino fue un lugar donde la Guardia Civil no tenía presencia. La benemérita rectficó de mala gana, y el filósofo recaló en un pueblo custodiado.
Durante su vida, se dedicó a numerosos proyectos, pero sobresalió especialmente en dos: el cuidado de la obra de Ortega y la difusión de su propio pensamiento en libros como Libertad y desigualdad, La paradoja del filósofo o en las monografías dedicadas a Unamuno, Zubiri o Américo Castro.
Sustituyó en 1963 a Fernando Vela en La revista de Occidente y desde allí, y pese a la presión política, trató de revitalizar la publicación a la que ortega diera vida 40 años antes. Logró increibles resultados en el ocaso franquista, dando voz a los silenciados, facilitando el camino a las figuras de la actualiadad compo Savater, y transmitiendo, con prudencia, los valores que caracterizarían poco después a la democracia.
Una de las tareas a las que más tiempo y esfuerzo dedicó fue a la de poner en orden la producción ingente de su maestro, labor que le fue reconocida hace menos de tres años, cuando el historiador Juan Pablo Fusi, director del Instituto Universitario Ortega y Gasset, recordó su papel en la presentación de los primeros volúmenes de las obras completas de Ortega. También preparó para Alianza la edición de los Escritos políticos de Ayala y nunca dejó de reflexionar sobre temas de actualidad.
Una de sus aficiones fue el cine. Junto al guionista y escritor Leonardo Martín y a un grupo de heterogéneo de personas creó la UNINCA, una célebre productora cinematográfica, responsable de películas como Día tras día o Esa pareja feliz que no dudó en encargar guines a reconocidas y polémicas figuras como Berlanga y Bardem.
Su reverencia por Ortega ,marcó su vida profesional y la personal, pero él, al igual que algunos de los que le sobreviven, como el propio Ayala, con su trabajo u su fe se empeñó en cuestionar el escolástico Magister dixit, pues España, al final y al cabo, no tenía por qué ser el problema.


Artículo aparecido en el diario El Mundo, el miércoles 18 de julio del 2007. Dedicado a una de las figuras mas importantes del pensamiento español.


Friedrich.

1 comentario:

ELISA dijo...

Mi querido profesor en la Facultad de Ciencias Políticas. El mejor profesor que he conocido.
Si yo hubiera sabido de su destierro en Cuenca hubiera ido a darle las gracias por sus enseñanzas.
Mi dolor,cuando supe lo mal que fue tratado, fue muy profundo,
Mi recuerdo más cariñoso a tan especial persona. ....y querido profesor