jueves, 31 de mayo de 2007

Las chicas que se ríen sin pensarlo demasiado.

Estuvimos, estamos y estaremos
como niños en el limbo chupándonos el dedo,
y en lo neutro de una música perpetua,
sin grandes pensamientos,
sin ardientes sentimientos
y sin miedo,
sobre todo sin miedo,
flotando entre las nubes deliciosas
del cero-cielo
y del mundo boquiabierto.
Estaremos y ya estamos
porque todo es un milagro
y sin bien consideramos lo más simple es el misterio
del vaso que es sólo un vaso,
del vino que es el vino y cabe dentro,
del pájaro que vuela sin saberlo,
de las chicas que se ríen sin pensarlo demasiado:
y este mundo que es el nuestro,
tan increíble, tan cierto,
es tan, tan asombroso, y tan, tan luminoso
tan sencillo y progioso,
que dan ganas de reirse de nuestros pensamientos
lanzados tan a lo tremendo.
Porque el mundo bien mirado es algo bien sencillo
y adorable, y grotesco
que pide simplemente nuestra risa ante lo inmenso
y nuestro amor entrañable ante el hecho más pequeño:
el pájaro y el vaso con el vino,
la mano de un amigo
la luz que transfigura cuando vemos
lo pequeño en lo grande, lo grande en lo pequeño.

RAFAEL GABRIEL MÚGICA


Hace tiempo recibí este poema y ahora lo recupero con todo el cariño.


Friedrich.

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