martes, 28 de agosto de 2007

Amor fati.

Podríamos hablar de amor al destino o amor al hado (fatum). El "hombre dionisíaco" - que en su último avatar, incluye asimismo, como uno de sus elementos, el espíritu apolíneo- es, según Nietzsche, el que expresa la verdadera grandeza del ser humano. En vez de estar esclavizado por un pasado que supone no ha de volver ya nunca mas o de temer a un futuro que imagina incierto, el hombre dionisíaco acepta la necesidad y se abraza a ella. El amor al destino es la grandeza en el hombre: " Mi fórmula para expresar la grandeza en el hombre es el amor fati; el no querer que nada sea distinto, ni en el pasado, ni en el futuro, ni por toda la eternidad. No sólo soportar, lo necesario y menos aún disimularlo -todo idealismo es mendicidad frente a lo necesario-, sino amarlo..." (Ecce homo). El amor fati nietzschesiano parece análogo a la idea de libertad como aceptación de la necesidad, de muchos estoicos y, en parte , de Hegel, pero se distingue de ellos por el elemento dionisíaco del "goce apoteósico".


Friedrich.

No hay comentarios: