jueves, 30 de agosto de 2007

Liberum arbitrium indifferentiae.

Un asno que tuviese ante si, y exactamente a la misma distancia, dos haces de heno exactamente iguales, no podría manifestar preferencia por uno mas que otro, y por tanto moriría de hambre.
En esta ya clasica paradoja, Juan de Buridán nos explica su visión del problema del libre albedrío: De no haber una preferencia no puede haber elección



Friedrich.

1 comentario:

Unknown dijo...

No moriria de hambre se decidiria por la más provechosa para el y esa, elección la hace la voluntad pues recuerden que no puede haber dos cosas iguales en el mundo eso es imposible, a partir de ahí está mal planteada la paradoja .