viernes, 3 de agosto de 2007

La prensa.

[...]Una gran cantidad de malos escritores vive enteramente de esa estupidez del público consistente en no querer leer nada excepto lo impreso el mismo día: me refiero a los periodistas. !Merecen el nombre que llevan en alemán (Journalisten)! Traducido literalmente reza: jornaleros.
Exageraciones de todo tipo son tan características de la jerigonza periodística como del arte dramático. Pues se trata de sacarle el mayor provecho posible a cualquier suceso. De ahí que todos los escritores de periódicos sean alarmistas de oficio: ésa es su manera de hacerse interesantes. En ello no se diferencian, por cierto, del perro pequeño que, al mas mínimo movimiento, empieza a ladrar fuertemente. Conviene recordar eso a la hora de sopesar sus toques de alarma, para no dejarse arruinar la digestión.

Que pena le daría a Schopenhauer el saber que su definición sigue aún vigente;que pena, y que sería de nosotros sin sentido del humor.


Friedrich.

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